En tiempos de crisis nos damos cuenta de que necesitamos encontrar la calma. Pero cómo? – preguntamos. Seguramente conoces la siguiente frase: Sé que necesito encontrar calma, pero cómo hago?
En la dualidad en que vivimos, estamos en constante conflicto entre opuestos. Siento Soledad, quiero compañia. Siento tristeza, quiero alegría. Para la incertidumbre, queremos certezas. Cuando estamos desesperados, queremos, buscamos desesperadamente la calma, pero sin poder hallarla.
Dónde podemos encontrar la calma? En la meditación, en la medicación, en comportamientos autodefensivos? Cómo podemos encontrar algo que no entendemos? La calma no es un elíxir, ni viene embotellada, no podemos aprenderla como una lección a repetir. Más bien debemos entenderla, entender sus principios.
Cuando estamos desesperados nos es casi imposible encontrar calma. Y es que los dos estados se alimentan de dos materias primas muy distintas. Has meditado sobre ello?
En la desesperación nos resitimos con toda nuestra energía a uno o varios eventos, que pueden ser inevitables o no. A veces solo nos resistimos a una idea, sin que ni siquiera esta pueda ser real. En la desesperación hay algo que queremos conservar, no perder y sobretodo hay una profunda negación al principio de Transformación.
Si hay un panorama terrible, olvidamos que aún así, independientemente de cuánto dure, los ciclos acaban. La mayoría de las veces, el peligro y la carencia se dilatan tanto en nuestra percepción que no podemos ver nuestros recursos activos y utilizarlos. Resumiendo, vemos más lo que no podemos o no tenemos, que lo que sí está a nuestra disposición.
Esto es lo opuesto de la Conciencia. La calma está llena de esta materia prima. No significa intoxicarnos de un estado Zen, dormir para no ver, verlo todo con un prisma rosa. La calma significa llenarnos de aceptación del principio de transformación que rige la Vida. Encontrar la calma significa que estamos dispuestos a aceptar que hay ciclos que terminan – algunos sin avisar -, que hay ordenes y leyes que toca renovar, que aún así podemos desearnos las cosas buenas que queremos. Tener calma es percibir, ser capaz de percibir el dolor, igual de dispuestos que como cuando estamos disfrutando de nuestras mayores alegrías y éxitos.
Es por eso que la calma es una enorme Dosis de Autoconciencia que no se vende en ninguna farmacia.
Cuando estamos en calma podemos percibir una situación y sus peligros en su real magnitud; pero además podemos percibirnos a nosotros mismos: nuestros sentimientos, nuestros pensamientos y miedos. Incluso también podemos percibir nuestros recursos y habilidades para resolver algunas cuestiones vitales.
Es por eso que la calma es una enorme Dosis de Autoconciencia que no se vende en ninguna farmacia.