Qué hace que una persona actúe y otra no? Muchas veces en mi trabajo terapéutico me encuentro con personas, que piensan diez veces antes de dar el siguiente paso, antes de solicitar una financianción, un empleo, comenzar un estudio nuevo, en fin, atreverse. Este es un punto que yo en lo personal siento tener bastante superado. Me siento complacida con mi capacidad de atreverme y plantearme nuevos retos y al parecer esa es una cualidad que también otros ven en mí.

Pero a veces me pregunto, por qué yo si, y ella no? O por qué esta o aquella persona no se atreve a preguntar, expresar, o tomar acción y otras muchas sí? Esto considerando que seguramente hay muchas áreas donde a mi me falta valor y otra le sobra. Pero es que para orientar mi trabajo y poder acompañar a otra persona en el proceso de empoderarse y lograr generar un nuevo equilibrio en su vida, me pregunto: – “dónde está la semilla del valor, dónde radica esa diferencia que empuja a unos y a otros les detiene muchas veces ante detalles que no son verdaderos obstáculos „

Para aclarar un poco más el tema… la cuestión por ejemplo de preguntar. Además de la psicoterapia ofrezco un Jobcoaching que es financiado por la agencia de trabajo alemana (www.mariettauranga.com). Es una herramienta genial que ayuda a muchas personas a acceder a una asesoría especializada para poder por fin conseguir un buen trabajo. Sin embargo, muchas de mis potenciales clientas a veces tienen miedo de solicitar el financiamiento, temen que pedirlo les traiga alguna desventaja. Otras por ejemplo se conforman muy rápido si a la primera le dan una negativa.

Y así sigo yo preguntándome por qué algunas de mis clientes van a por el financiamiento sin problemas o otras no? O por qué algunas mujeres se deciden finalmente a divorciarse en un mal matromonio y otras se quedan años y años valorando esa opción. Somos todos tan diferentes! Pero sé que la mayoria de esas personas que no se atreven, quisieran atreverse, que ven con a veces un poquito de envidia sana a quienes sí son más valientes. Así que me gustaria pensar un poco el tema y aportar un paar de tips, para que los que no se atreven, aprendan a atreverse.

Ante esto, no dejo de pensar de dónde me viene a mí, la semilla del valor. Yrecuerdo las palabras de mi abuela Lidia, mi mentora de la niñez, cuando me decía „ten paciencia, que todo llega“. Y más allá del contexto familiar, recuerdo que aunque llevo 16 largos años en Alemania, yo crecí completica y sin que me faltara nada ,en mi adorable isla Cuba. Un lugar donde frases como “Dale que tú puedes „, saltan por todas las esquinas y calles cual pregón, o donde a los niños se les llama de cariño “Campeón „. Así que viene bien revisar el contexto familiar y social donde uno se forjó como personalidad.

Y así, sí que vamos encontrando las diferencias porque seguramente existen muchos contextos sociales donde TODO NO se puede, o donde los padres y abuelos no pueden ofrecerte ese arsenal de autoconfianza porque ellos mismos no disponen de ello. Lo bueno es que si eres de esos que quisieran atreverse más y el contexto de tu infancia no te aportó eso de lo que yo sí tuve sobrado, no tienes por qué pensar que eso te tiene que marcar para siempre. El contexto social es un referente, pero siempre puedes elegir otros referentes. Poner en duda lo que escuchaste y buscar otras historias, pues el mundo es diverso y existe en él todo aquello que es diferente a lo que tú vistes desde tu perspectiva.

Otro punto sería la experiencia acumulada. Quien no se atreve no consecha ni éxitos ni fracasos; pero quien se atrevió puede ser que muchas veces se cayó, pero algún que otro éxito tuvo. Y eso, es experiencia acumulada, es conocimiento que aporta autocoanfianza. Pues ya te probaste a ti mismo que podías. Por eso cuando alguien me dice „Tú eres valiente, yo no sé cómo tú te atreves“ Yo callo, pero pienso: “ Esta persona no sabe las tantas otras batallas más grandes que peleé en el pasado y esta que tengo ahora, no es ná (como decimos en Cuba) „

Y el último punto que tocaré con respecto a este tema, es el de la autoestima o el amor propio. Quien se ama a sí mismo, desea para sí lo mejor y siente merecerlo. Es más facil tener valor y decisión si sabes lo que quieres y por qué. Yo me amo y siento que merezco una bonita vida, también merezco satisfacer mi curiosidad y reciclar mi vida con nuevos eventos y etapas. Puede que muchas veces me sienta desvastada, ( La vida también zarandea a las psicólogas) abatida, que sienta soledad o que ya no soy tan guapa ni joven como antes, pero me levanta el deseo que satisfacer a ese SER que vive dentro de mi. Muchos celebran mi sonrisa, pero creo que nadie tanto como yo. Porque quiero verme feliz, quiero verme plena, sencilla pero complacida con la vida.

Aquí te dejo estos tres tips:

  1. Cuestiona lo que aprendiste en el pasado, si esas creencias no te están empujando hacia un futuro hermoso.
  2. Acumula experiencias, atrévete, que la próxima vez saldrá mejor. Revisa tu pasado y encuentra esos retos que batiste con ganas y bien.
  3. Amáte y desea para tí sencillamente lo mejor.

Un abrazo de tu psicóloga,

Marietta Uranga.

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