Una historia que nada tiene que ver con la realidad.
Por Marietta Rodriguez Uranga
El Fuego se había consumido, con tantos años de quemar y quemar. Su color rojo se había vuelto muy oscuro con toda la ceniza alrededor. Cuando el Aire leve y suave llegó, el Fuego sintió un pinchazo. En su centro el rojo se intensificó quemando.
Así es la Danza entre el Fuego y el Aire. Una danza cíclica que se repite hace millones de años.
El Aire aviva al Fuego. Cuando la llama del Fuego está débil, el Fuego le pide al Aire que sople. >Sopla, sopla más fuerte<.
El Aire es generoso. Se quiere ir, pero se quiere quedar. Lleva milenios visitando cada rincón del Universo y conoce el Alma de todos los seres vivos. Ha visto el amor, el odio, el dolor y la alegría. Se ha colado en los cuerpos y visto el violeta profundo de las almas.
Así que el Aire sopla amoroso y aviva al Fuego. El Fuego se hace fuerte, sus llamas respiran y crecen. Se hincha de placer. Olvida las cenizas. Sus llamas crecen tanto que consume. Avivado por el Aire, el Fuego siempre se hace fuerte. Avivado por el Aire, seca la Tierra y evapora el Agua. Pero sin darse cuenta, se traga todo el oxígeno que le da vida.
El Aire se siente entonces herido, traicionado. Sin oxígeno no encuentra de qué alimentarse. El Aire teme, se debilita y llora. Le pide al Fuego clemencia, suavidad. Le pide que comprenda, que negocie. Pero el Fuego se ha convertido en un león rugiente.
El Aire se vuelve un torbellino y se va. Y todo vuelve al inicio de este ciclo. Porque sin el Aire, el Fuego poco a poco se vuelve una pequeña llama manchada de cenizas. Solo y nostálgico de aquel que tanto le amó.
2 comentarios en «Conflictos de Pareja en forma de fábula»
Solo hice un suspiro. Mientras leía y escuchaba música instrumental de fondo, me hiciste sentir el aire y el fuego.
Gracias!
Estimada Paula, gracias por tu comentario. Me alegra que hayas disfrutado la lectura. Las fábulas nos ayudan a veces a pensar en temas cotidianos. Un abrazo.